A veces, los pacientes nos comentan cosas esperando que les contestemos de forma que abramos en ellos unas puertas para esperar un posible milagro. Si bien la información siempre debe ser veraz, tampoco nos debemos permitir “verdades gratuitas” dolorosas. Las estadísticas, bien manejadas, son útiles; pero se basan en muestras multitudinarias. Luego, cada persona, es única. Un 99% es un 99% en tanto queda un 1% fuera de él, y que además es irreconocible a priori. Malo es asegurar un milagro como malo es dar por hecho que jamás se producirá. Ahora cabría definir qué cosa es un milagro. Más allá de la dimensión bíblica o religiosa que cada cual está en su derecho a darle, el diccionario también lo define como “suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa”. Así pues, haberlos haylos, sea cual sea su génesis. También quedaría por definir qué se entiende por raro, extraordinario y maravilloso. Cada cual tiene su listón, y el de un paciente, no tiene porqué ser el nuestro. Lo cierto es que hay quien afirma que jamás ha vivido un milagro, y otros u otras que lo hallan a diario en una sombra junto a un campo segado, en una compañía o sencillamente en unos versos. ¿Dar esperanza de milagro a quien supuestamente no la tiene? ¿Negar la posibilidad a quien tal vez la tenga? Quien pasa 24 horas al día con el paciente somos nosotros y nosotras. Es difícil manejarse en estas tesituras de la compleja relación que es el cuidar. Hay que querer, servir y saber. Por eso esto de la Enfermería es… bueno, ya le pones tú el calificativo.
Y aunque la canción no tiene que ver con el asunto, su nombre sí. A mi me gusta, fijo que a Ángel Javier también; y espero que a ti también: Con todos vosotros Querida Milagros de El Último de la Fila.
Y aunque la canción no tiene que ver con el asunto, su nombre sí. A mi me gusta, fijo que a Ángel Javier también; y espero que a ti también: Con todos vosotros Querida Milagros de El Último de la Fila.
Cuando leas esta carta,
Háblale a las estrellas
Desde que he llegado aquí,
Sólo he hablado con ellas
Háblale a las estrellas
Desde que he llegado aquí,
Sólo he hablado con ellas
PD: Nada que comentar sobre los despreciables que juegan con las esperanzas de la gente para montarse el negociete.
1 comentario:
Claro que me gusta, amigo Elías, me encanta. Y yo sí creo que en los milagros, se producen cuando quien te atiende ve en ti una persona que merece todo el cariño y respeto. Por eso es tan importante que hagas lo que haces, en este blog y fuera. Por eso me llena de orgullo que en el hospital los pacientes quieran a mi hija Clara, sólo con entrar sonriendo a las habitaciones ya se consiguen milagros...
Un abrazo grandote
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