jueves, 5 de julio de 2007

CONTRATOS QUE ILUSIONAN E ILUSIÓN QUE NO SE CONTRATA


Dice que... la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte…. Si quiere se lo leo otra vez. - Tan solo la primera parte. - ¿Sobre la parte contratante de la primera parte? - No, solo la parte de la parte contratante de la primera parte… ¿Qué es lo que nos queda ahora? - Dice ahora... la parte contratante de la segunda parte será considerada como la parte contratante de la segunda parte. - … Nunca segundas partes fueron buenas. Escuche: ¿por qué no hacemos que la primera parte de la segunda parte contratante sea la segunda parte de la primera parte?
En fin, es el recorte de uno de los diálogos más maravillosos del mundo del cine, marca de la casa de los hermanos Marx, claro. Pero yo a lo que iba es que uno pasea ahora por los Hospitales y Centros de Salud, y por el pasillo se acaba por encontrar a la gente recién terminada que cumple su primer contrato. Se les distingue porque, cual anuncio de Ariel, su bata es más blanca, caminan sin tocar el suelo y lucen una sonrisa de oreja a oreja. Rezuman ilusión. Acaban de aterrizar, de verdad y sin anestesia, a la más bonita de las profesiones. A todas y todos mis felicidades. Y ¿porqué no? También a quienes con el paso del mucho tiempo, la gravedad (newtoniana, que no de sus pacientes) no les ha hecho descender hasta el suelo; ni las nuevas partes contratantes de las nuevas y nuevas y más nuevas partes, les han hecho perder su ilusión de levantarse cada mañana siendo enfermeras.
PD: aunque las bata les pierda brillo.

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