Bueno, aunque no sea muy ortodoxo, se podría comparar al curso con un embarazo y la fase de exámenes con el parto. Se me ha venido a la cabeza porque a todos y todas que me consultais os acabo diciendo aquello de ¡vamos que ya es el último empujón!. En fin, el curso se trata de nueve meses en que se ha ido ido cuidando todo, con alguna fase mayor o menor de relajo para al final soltarlo todo y tras ello la relajación total y la felicidad. A veces, la cosa llega ya tan ajustada que más que parto parece cesárea, y en algunas circunstancias, esperemos que no haya o sean la menos, a veces también el tema estaba inmaduro y hay que echar mano de incubadoras para sacarlo finalmente en dos meses ya bien maduro. En fin, llegó la hora y lo dicho, ánimo que ya queda nada y todo está ya hecho.
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