(Prometo no extenderme tanto en el futuro)
Tradicionalmente venimos conociendo:
Al hipocondríaco, como persona que no cesa en pensar en sus manifestaciones fisiológicas, para creer que en cualquier momento alguna de ellas se ha alterado y se encuentra enfermo. Es algo relativamente frecuente.
Más raro, es quien padece el Síndrome de Münchhausen, que le da por fingir que está enfermo para ser atendido por especialistas sanitarios: enfermeras o médicos. A veces, no sólo finge, sino que se provoca un daño para convertirse en paciente real.
Una derivación más perversa, es el llamado Síndrome de Münchhausen por poderes. En este caso, suele ser un padre o una madre quien pretende hacer creer que su hijo está enfermo para que lo traten de enfermedades inexistentes, no dudando en falsificar signos y síntomas si fuera preciso. También en algunos casos, llegan a causar un daño para que las manifestaciones sean reales.
En todo este viejo contexto, llega la revolución de Internet; y con ella, una nueva manera de expresión de las vivencias del proceso salud/enfermedad en algunas personas: la Cibercondría. Se trata de un concepto novedoso, interpretado de diferentes formas según autores. En un principio se llamó cibercondríacos a los hipocondríacos que indagaban en la red sobre enfermedades con síntomas o signos que ellos pudieran tener, para después creer que las padecían. Hoy, el término se usa para algo mucho más extendido: cualquier persona que, aún teniendo una dolencia real, busca sus manifestaciones en Internet y sigue el tratamiento recomendado en alguna web. Si la automedicación era ya un problema de complicada solución, ahora, con el acceso a toda la información existente, se ha extendido en demasía. En la red hay cosas rigurosas y también verdaderas cutreces (véase sin ir más lejos este blog), y aún consultando en sitios serios, hay que conocer y saber interpretar. No se trata de convertir el conocimiento en un lujo para la élite, pero tampoco banalizarlo desde la ignorancia de quien no reconoce su parcial ignorancia. Educación para la salud, sí, pero con rigor.
Al hipocondríaco, como persona que no cesa en pensar en sus manifestaciones fisiológicas, para creer que en cualquier momento alguna de ellas se ha alterado y se encuentra enfermo. Es algo relativamente frecuente.
Más raro, es quien padece el Síndrome de Münchhausen, que le da por fingir que está enfermo para ser atendido por especialistas sanitarios: enfermeras o médicos. A veces, no sólo finge, sino que se provoca un daño para convertirse en paciente real.
Una derivación más perversa, es el llamado Síndrome de Münchhausen por poderes. En este caso, suele ser un padre o una madre quien pretende hacer creer que su hijo está enfermo para que lo traten de enfermedades inexistentes, no dudando en falsificar signos y síntomas si fuera preciso. También en algunos casos, llegan a causar un daño para que las manifestaciones sean reales.
En todo este viejo contexto, llega la revolución de Internet; y con ella, una nueva manera de expresión de las vivencias del proceso salud/enfermedad en algunas personas: la Cibercondría. Se trata de un concepto novedoso, interpretado de diferentes formas según autores. En un principio se llamó cibercondríacos a los hipocondríacos que indagaban en la red sobre enfermedades con síntomas o signos que ellos pudieran tener, para después creer que las padecían. Hoy, el término se usa para algo mucho más extendido: cualquier persona que, aún teniendo una dolencia real, busca sus manifestaciones en Internet y sigue el tratamiento recomendado en alguna web. Si la automedicación era ya un problema de complicada solución, ahora, con el acceso a toda la información existente, se ha extendido en demasía. En la red hay cosas rigurosas y también verdaderas cutreces (véase sin ir más lejos este blog), y aún consultando en sitios serios, hay que conocer y saber interpretar. No se trata de convertir el conocimiento en un lujo para la élite, pero tampoco banalizarlo desde la ignorancia de quien no reconoce su parcial ignorancia. Educación para la salud, sí, pero con rigor.
Y ya puestos en estas y para que no creas que estás pochico o pochica, pues algo bueno de verdad. Alguien dijo ¡hágase el punk-rock! Y "los" Ramones aparecieron entre nosotros. Temas de 2 minutos, ultrarrápidos, repetitivos y en blanco y negro. Imposible ser más directo. Pocas cosas tan divertidas. Podríamos comentar millones de cosas, pero valga decir que hasta les perdoné un viaje de cientos de kilómetros por carreteruchas a un concierto al que nunca aparecieron nadie sabe bien porqué. Vaya aquí un directo de su legendario e irrepetible Hey Ho, Lets Go!!!.
1 comentario:
Debemos estar muy enfermos cuando queremos estar enfermos. Supongo que se trata de buscar atención, de identificarse con algo aunque sea pura enfermedad (hay gente del Barsa o del Atleti...). En fin, nosotros seguiremos en la Luz, al lado del Madrid y de la alegría, pase lo que pase ¿verdad?
Un abrazo muy grande, monstruo, me encanta tu blog: tus comentarios tan sabios, tu música. Gracias
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